Los jueces y sus nombres
A lo largo de la historia los jueces han sido conocidos con diversos nombres, vamos a hacer un pequeño y somero recorrido por los nombres que han recibido en la historia de nuestro país.
Vamos a empezar este recorrido por nuestra historia como parte del Imperio Romano, en la antigua Roma teníamos dos tipos de jueces, el pretor urbano, que administraba justicia entre los ciudadanos romanos y el pretor peregrino, que actuaba cuando existían conflictos entre ciudadanos romanos y extranjeros. Esta última figura apareció en el siglo IV antes de Cristo, además de aplicar el derecho tenía la capacidad para formularlo.
En el año 476 d. de C., los visigodos tomaron Hispania, en esta época aparece la primera definición de juez, iudex en latín. El Rey Recesvinto, gobernó entre el año 649 y el 672 d. de C., promulgó la Lex Visigothorum, conocida como el “Código de Recesvinto”, en él decía que toda autoridad que administrase justicia recibiese el nombre de iudex.
Hasta el siglo XIX el poder supremo para juzgar le correspondía al Rey y la administración de justicia se hacía en su nombre, el Rey hacía y deshacía a su voluntad y era la última instancia. Sus señores feudales eran los iudex y tenían como subalternos a los merinos, que también ejercían funciones judiciales y policiales. En Aragón el Justicia Mayor era el máximo responsable y tenía a su cargo jueces municipales que se llamaban zalmedinas. Por ejemplo en Cataluña se les llamaba bayles y por encima de ellos estaban los vegueres. Y en Valencia los bayles administraban justicia con el concurso de los ciudadanos.
La influencia que posteriormente ejerció la cultura árabe en la península, por razones obvias, hizo que una palabra empezara a cobrar fuerza extendiéndose a gran velocidad, “alcalde” que viene de la palabra árabe “al qadi” el juez, los alcaldes con funciones similares a las que tienen los actuales, tenían además las responsabilidades judiciales de investigar y juzgar. En Sevilla ejerció uno de los “al qadis” más famoso el filósofo Averroes. En esa época había alcaldes del crimen, destinados en Chancillerías como la Valladolid o Granada, en Asturias Gaspar Melchor de Jovellanos investigaba delitos, otros cuidaban de que no existieran desórdenes nocturnos.
Enrique II de Castilla instituyo la figura de los corregidores-funcionarios reales, representaban a la Corona en el ámbito municipal y ejercían de jueces de primera y segunda instancia, incluso a partir de 1766 se otorgaron funciones de policía.
Antes del reinado de los Reyes Católicos, a los jueces que conformaban tribunales colegiados se les denominaba “oidores”, oían a las partes y después tomaban una decisión sobre el particular, al oidor que dirigía el tribunal le llamaban “presidente”. Sus destinos eran las Canchillerías y las capitales de provincia. Del procedimiento de “escuchar” es de donde viene la definición de “Audiencia” con la que definimos a los tribunales españoles en la actualidad.
Y es ya con la Constitución de 1812, cuando se establece la definición que usamos actualmente, jueces y magistrados. Con funciones similares, la diferencia entre ambos es la “localización geográfica” de su trabajo, los jueces en ciudades de menos de 100.000 habitantes no capitales de provincia, y los magistrados en el resto.
Otro día seguiremos compartiendo curiosidades e historias, alrededor del mundo de la justicia, sus símbolos y sus orígenes.
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