Régimen de visitas: ¿Qué hago si se incumple?

Ante una separación con hijos de por medio, uno de los aspectos más importantes que se establece en los acuerdos es el régimen de visitas, es decir, el tiempo que el progenitor que no tiene la custodia habitual puede pasar con sus hijos. Este régimen se determina mediante una resolución judicial y es obligatorio para ambas partes.

Pero estamos hablando de una situación que no siempre es amigable, y susceptible de incumplimientos por cualquiera de las partes. Lo que pasa es que, en lo referente a los hijos, ese “no cumplir con tu obligación” tiene mucha más importancia.

¿Qué es el régimen de visitas?

El derecho que tiene el padre o la madre que no convive habitualmente con los hijos a pasar tiempo con ellos. Puede incluir fines de semana alternos, visitas entre semana, vacaciones escolares…, todo esto debe aparecer por escrito en la sentencia de separación, divorcio o en un convenio regulador aprobado por un juez.

Un aspecto que no se puede olvidar: no es opcional. 

Es una obligación legal, tanto para el progenitor que ha de permitir las visitas como para quien tiene que ejercerlas, e incumplirlo conlleva consecuencias.

¿Qué se considera incumplimiento?

El incumplimiento, o más bien qué se considera incumplimiento, es importante tenerlo claro para no cometer esta infracción sin darte cuenta de la gravedad de tu comportamiento.

  • El progenitor custodio impide las visitas al otro padre o madre, por ejemplo, no entregando al menor o poniendo excusas constantes.
  • El progenitor no custodio no recoge a los hijos cuando le toca, o no los devuelve a tiempo.
  • Se modifica el régimen unilateralmente, sin acuerdo ni autorización judicial (por ejemplo, cambiando los días o acortando las vacaciones).

Cualquiera de ellos acarrea unas consecuencias que te pueden llevar ante un juez.

¿Qué consecuencias legales tiene incumplir el régimen?

No cumplir con lo acordado en el acuerdo de divorcio, especialmente en lo referente a los menores, puede tener consecuencias graves, tanto a nivel civil como penal.

Consecuencias civiles

En primer lugar, si uno de los progenitores no cumple con lo pactado, el otro puede acudir al juzgado para exigir su cumplimiento. Esto se hace a través de un proceso de ejecución de sentencia, en el que se pide al juez que obligue a la otra parte a respetar el régimen.

La Ley de Enjuiciamiento Civil establece que el juez, si no se cumple el régimen, es decir, cada vez que se impide una visita o no se respeta el horario, puede imponer una sanción económica, es lo que se llama multas coercitivas.

Además, si se producen incumplimientos reiterados, el juez puede incluso modificar el régimen de custodia. Por ejemplo, si se demuestra que un progenitor impide continuamente el contacto del menor con el otro, se puede valorar un cambio de custodia.

Consecuencias penales

En algunos casos, el incumplimiento del régimen de visitas puede considerarse delito, tipificado en el Código Penal.

Si uno de los progenitores desobedece de forma reiterada una resolución judicial, como una sentencia de divorcio que fija las visitas, puede enfrentarse a penas de multa.

Luego, si el incumplimiento es más grave, se puede incluso considerar un delito de desobediencia a la autoridad judicial (artículo 556 del Código Penal), sobre todo si hay una negativa clara y continuada a cumplir lo ordenado por un juez.

Hay que tener en cuenta que, para que esto sea delito penal, normalmente se exige que el incumplimiento sea reiterado y voluntario. Un retraso puntual o un malentendido aislado no suele tener consecuencias penales, pero si es algo constante, sí.

¿Qué hacer si el otro progenitor incumple?

Si te encuentras en este caso, lo más importante es que reúnas pruebas de lo que está ocurriendo: mensajes de WhatsApp, correos, testigos, etc. Y siempre, siempre, trata de actuar con respeto y por la vía legal.

Aquí te dejamos los pasos que te recomendamos para resolver esta situación de la mejor manera posible:

Intenta solucionarlo de forma amistosa

A veces, los problemas se deben a malentendidos o a situaciones puntuales. Si es posible, habla con la otra parte y trata de buscar una solución pacífica.

Como en todos los conflictos, empezar por un acercamiento, por dar el primer paso para una comunicación, puede ahorrar mucho tiempo, dinero, y también te evita pasar por situaciones muy desagradables.

Solicita ejecución judicial del régimen

Si el problema persiste, presenta una demanda en el juzgado solicitando que se ejerza la ejecución forzosa del régimen de visitas. En este procedimiento puedes pedir que el juez obligue al otro progenitor a cumplir el régimen, con la posibilidad de multa si no lo hace, como ya hemos visto.

Acude a la vía penal (si es necesario)

Si el incumplimiento es grave y continuado, puedes presentar una denuncia penal por desobediencia. Eso sí, ten en cuenta que los tribunales suelen ser muy cuidadosos antes de llegar a este punto, y valoran si realmente ha habido una actitud de desprecio hacia la autoridad judicial.

Por eso, si ves que es la solución, recopila todas las pruebas que tengas y acude acompañado de un abogado especialista en Derecho de Familia o Derecho Penal, para asegurarte un correcto asesoramiento.

¿Y si el problema es que los hijos no quieren ir con el otro progenitor?

Este es un caso delicado que nos hemos encontrado en nuestro bufete más a menudo de lo que nos gustaría.

Muchas veces el progenitor custodio alega que el menor «no quiere ir». Y puede ser cierto, pero en general, mientras exista una sentencia en vigor, el régimen de visitas debe cumplirse.

Si el niño es pequeño, se entiende que es responsabilidad del progenitor custodio, facilitar el contacto con el otro padre o madre. Si es mayor (un adolescente), los jueces valorarán su opinión, pero aun así, la obligación legal sigue existiendo.

En caso de conflicto grave, lo ideal es solicitar una modificación del régimen o pedir una intervención de los servicios psicosociales del juzgado.

¿Puede un progenitor perder el derecho de visitas?

Sí, aunque solo en casos extremos. 

El régimen de visitas está pensado en beneficio de los hijos, no de los padres. Por eso, si el contacto con uno de los progenitores supone un riesgo para el menor (por violencia, abusos, consumo de drogas, etc.), el juez puede suspender o limitar ese régimen.

También puede suceder que un juez limite las visitas si un progenitor incumple de forma reiterada y sin justificación, ya que se considera que está actuando en contra del interés del menor.

El régimen de visitas no es un capricho ni una sugerencia: es una obligación legal que tiene como objetivo garantizar que los hijos mantengan una relación estable y sana con ambos progenitores. 

Cuando uno de ellos no lo respeta, está perjudicando no solo al otro, sino también a los propios menores, y se debe actuar de inmediato.

Contacta con nuestro bufete, valoraremos tu caso y te guiaremos para iniciar los trámites necesarios que consigan que se cumpla lo que el juez ha establecido. En temas tan sensibles como este, lo mejor es estar bien asesorado.

Autor

Manuel Hernández García

Director y Socio Bufete Vilches Abogados

Letrado del Ilustre Colegio de Madrid 72.539

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