Reconciliación y mediación familiar

Reconciliación y mediación familiar: alternativas a los tribunales

El conflicto en una disputa familiar puede llegar a un punto en el que no se ve salida, y las partes piensan que la mejor opción es acudir a los tribunales, y que sea un juez quien decida.

Sin embargo, existen unos inconvenientes que debes tener en cuenta antes de tomar esa vía: procesos largos y tediosos, costos elevados, y un impacto emocional importante, sobre todo si hay hijos menores que tengan que verse en la obligación de declarar.

Es fundamental valorar alternativas como son la reconciliación y la mediación familiar.

¿Cómo funciona la reconciliación familiar?

Una reconciliación es un proceso de diálogo que busca, antes de darla por terminada, restablecer la relación a punto de romper.

No siempre implica llegar a un acuerdo formal, no es que vaya a ser la solución a los problemas enquistados, sino que, más bien, facilita la comunicación entre las partes, intentando que se ponga uno en lugar del otro para entender su comportamiento.

Este proceso, que puede llevarse a cabo con la ayuda de un consejero familiar, un terapeuta, o incluso un abogado especializado en derecho de familia, tiene como objetivo frenar que el conflicto avance hasta que no tenga solución.

Procedimiento de la reconciliación familiar

Una reconciliación es una opción muy útil en esas parejas que todavía piensan que hay solución, y que están más abiertas a encontrarla

En caso de que alguna de las partes o las dos, no tenga intención y además intente bloquear cualquier decisión, al final se deberá recurrir a la figura del juez para solucionarlo.

Una mediación se puede iniciar en dos supuestos: antes o después de la sentencia de divorcio

Cuando el juez todavía no ha tomado una decisión, una reconciliación paraliza el acuerdo de separación o divorcio, siempre que ambos cónyuges comuniquen de manera voluntaria su intención de seguir juntos.

En caso de que ya haya sentencia, la cosa cambia, y es necesario realizar ciertos trámites

¿Cómo inicio una reconciliación si ya hay sentencia de divorcio? 

Antes de nada, presentad un escrito oficial en el juzgado que tramita vuestra separación, tras eso, el juez os citará para ratificar eso que habéis presentado.

Ahora es él quien invalida la anterior sentencia de separación, siempre que no encuentre alguna razón para no hacerlo, por ver irregularidades en la solicitud.

Una situación diferente es si el divorcio ya se ha llevado a cabo, entonces, en caso de que queréis retomar la relación y volver al punto de partida, solo queda un segundo matrimonio.

¿En qué consiste una mediación familiar?

Si bien la reconciliación es un intento de reconstruir la relación, la mediación familiar busca resolver el conflicto de manera colaborativa, sin necesidad de que las partes se reconcilien completamente.

Aquí, un mediador, imparcial y capacitado, ayuda a llegar a un acuerdo aceptable para ambos sin que un juez o tribunal intervenga en la decisión.

Aplicaciones de la mediación en el Derecho de familia

La mediación familiar se utiliza en situaciones familiares en las que no se puede llegar a un acuerdo, ya sea por la dificultad de hacerlo, o porque el enfrentamiento es tal que las partes no ayudan a conseguirlo, sino que lo que quieren es perjudicar al otro.

Divorcios y separación de bienes 

En lugar de que un juez determine la división de bienes y propiedades, la mediación permite que las parejas negocien un acuerdo justo y con el que ambos se vean beneficiados.

Custodia y visitas de los hijos 

En este caso es especialmente importante que las partes dejen a un lado sus reproches, porque no solo ellos se ven afectados por las disputas.

Un entendimiento mutuo es siempre más conveniente para los padres, y menos traumático, para los niños que una decisión impuesta por un tribunal.

Pensiones alimenticias 

Ayuda a las partes a alcanzar acuerdos sobre la cantidad y la duración de las pensiones alimenticias, tanto las que corresponden al cónyuge como a los hijos.

Como siempre decimos, acercar posturas es la mejor solución para las partes y para quienes, de manera indirecta, están involucrados, se trata de intentar ceder hasta llegara una decisión conjunta y equitativa.

Características de la mediación familiar

Una mediación, para que sea efectiva, debe seguir algunas pautas:

Voluntariedad 

Ambos debéis acudir de manera voluntaria, o no servirá de nada, tenéis que estar convencidos de que es una solución que merece la pena intentar antes de llegar a los tribunales, y estar abiertos a ella.

Neutralidad del mediador

El mediador no toma partido ni impone una decisión, solo facilita la conversación, y ayuda a identificar los problemas, para encontrar una solución.

Tan solo eso es muy valioso, en una mediación de carácter familiar las emociones bloquean el avance y dificultan cualquier negociación.

Confidencialidad

A diferencia del proceso judicial, la mediación es completamente confidencial.

Los temas que se discuten no pueden ser utilizados como evidencia en un juicio, lo que anima a ser honestos y a abrirse a la comunicación.

Flexibilidad y control 

Tenéis más control sobre el resultado, decidís qué términos son aceptables y cuáles no, en lugar de dejar la decisión final en manos de un juez, que entonces solo os queda acatarla.

Se consigue que los acuerdos sean más ajustados a las necesidades de cada uno, diferente a las resoluciones de los tribunales que son más estandarizadas.

Costos reducidos 

Uno de los grandes beneficios: el ahorro económico. 

Los procedimientos judiciales no cabe duda que implican elevados costos en términos de abogados, peritajes y tasas judiciales, mientras que la mediación suele ser considerablemente más accesible.

Tiempo más corto

Un juicio puede extenderse durante meses o incluso años, la mediación se resuelve en un período de tiempo mucho más corto, muy importante cuando hay niños involucrados.

El proceso de mediación en 10 pasos

El proceso de mediación familiar sigue una estructura para lograr el objetivo: guiar a las partes en conflicto hacia un acuerdo satisfactorio para ambos.

1. Selección del mediador

Puedes optar por un mediador a través de referencias de abogados, instituciones de mediación o servicios de resolución de conflictos. 

Lo que es fundamental es que sea imparcial, tenga experiencia en el área de derecho familiar, y genere un ambiente de confianza y colaboración.

2. Primera reunión (sesión de orientación)

El mediador explica el proceso, sus principios, y el papel que desempeña como facilitador, también se cubren aspectos importantes como la confidencialidad del proceso y la voluntariedad de las partes para llegar a un acuerdo.

3. Identificación de los temas en disputa

El mediador ayuda a identificar los temas clave, que os han llevado a este punto, como disputas sobre la custodia de los hijos, distribución de bienes, acuerdos de manutención o cualquier otra cuestión enquistada.

4. Perspectivas de cada parte

Cada uno tenéis la oportunidad de expresar vuestro punto de vista sobre cada uno de esos temas.

Un momento crucial en el proceso de mediación, ya que permite escuchar las preocupaciones y necesidades del otro en un entorno controlado.

5. Soluciones y propuestas

La fase creativa del proceso, tenéis la oportunidad de sugerir diferentes alternativas para resolver esos problemas ya identificados.

6. Negociación y ajuste de propuestas

Comienza la negociación para llegar a un acuerdo sobre unas propuestas y cláusulas viables para ambos.

El mediador supervisa y facilita estas negociaciones, asegurando que el proceso se mantenga justo y equilibrado, si bien puede sugerir compromisos, es esencial que cualquier ajuste se realice con el consentimiento pleno de ambas partes.

7. Acuerdo preliminar

Un borrador que refleja los términos acordados por las partes, y detalla cómo se implementarán las soluciones propuestas.

8. Revisión del acuerdo por abogados

El mediador no tiene la autoridad para hacer cumplir legalmente el acuerdo, podéis optar porque abogados revisen el documento para garantizar que se rija en los estándares legales.

Este paso os ayuda a asegurar que ninguno firmáis algo que no entendéis completamente, o que puede ser inapropiado desde un punto de vista legal.

9. Firma del acuerdo final

Se procede a la firma del acuerdo que marca el final del proceso de mediación

Este documento, dependiendo de la naturaleza del conflicto, puede presentarse ante un tribunal para ser aprobado y adquirir fuerza legal.

10. Implementación del acuerdo

Las partes deben cumplir con los términos acordados, en caso de incumplimiento, el acuerdo puede ser ejecutado judicialmente.

 

Pensar que, cuando no hay manera de acercar posturas, es un juez quien tiene la solución es buena idea, pero plantear la opción de otras salidas también.

Un proceso jurídico alarga y encarece una decisión que podéis tomar entre ambos, solamente con ayuda de un tercero que medie o facilite las conversaciones que deriven en un acercamiento.

 

Autor

Manuel Hernández García

Director y Socio Bufete Vilches Abogados

Letrado del Ilustre Colegio de Madrid 72.539

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